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NO NOS HA DEJADO SOLOS

 Juan 14: 18 El Señor y Salvador Jesucristo nos ha salvado. Nos ha dado nueva vida como hijos de Dios y nos ha dejado en este mundo para que compartamos el mensaje de salvación con los que no lo conocen. Porque él ha decidido que sean los redimidos los que prediquen la salvación en Jesucristo. Si Dios no nos dejara en este mundo, ¿cómo creerían los que todavía no son salvos? Pero ciertamente no nos ha dejado solos. Eso sería cruel. Sería un Dios cruel y entonces ya no sería Dios. Dios nos hubiera salvado y dado una nueva vida, pero al dejarnos solos en este mundo no la podríamos vivir. Pero Dios es Dios, Santo, Bueno y Misericordioso, y todo lo puede. No nos ha dejado huérfanos. Nos ha dejado a su Espíritu Santo morando en nosotros, con nosotros y sobre nosotros, y nos ha dejado su Palabra ( Juan 14:16,17,26. Lucas 24: 49 ). Así podemos vivir la nueva vida en plenitud como hijos de Dios en medio de este mundo malo, cruel e injusto. Y así podemos anunciar a otros el único camino a D...

SOMOS TESTIGOS

 Lucas 24:46-49 Los que somos salvos por Cristo somos sus testigos, testigos de Jesucristo, testigos de la salvación. Hemos recibido la salvación en Cristo y tenemos la misión de compartir el mensaje de salvación a aquellos que no lo han recibido. Conocemos y seguimos conociendo a Jesucristo y tenemos que darle a conocer a todos los que nos rodean. Podemos serle testigos pues cada uno de nosotros tenemos la experiencia personal de cómo hemos sido rescatados de nuestra vieja manera de vivir y hemos sido hechos nuevas personas. Podemos serle testigos pues cada uno de nosotros tenemos experiencias reales de haber recibido su poderosa ayuda en nuestras distintas necesidades en esta vida. Jesucristo dio su vida para salvar a todos. Son todas las personas en todas las partes de este mundo las que tienen que recibir este mensaje de salvación; en toda nación, de toda las razas y lenguas. No hagamos acepción de personas, llevemos el mensaje a todos, pues Dios que es Juez Justo es quien cono...

¡QUE NUESTRO CORAZÓN ARDA OTRA VEZ!

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 Lucas 24:29-32 El tiempo que pasamos en comunión con Jesús es necesario para mantenernos en el camino de la fe; para creer y esperar firmemente en las promesas que nos hizo y para disponernos a obedecer lo que nos dijo que hiciéramos. Cuando leemos y meditamos en su Palabra el fuego divino que una vez se encendió en nuestro corazón por la fe en el Hijo de Dios y Salvador es avivado y somos afirmados en lo que creemos acerca de Jesucristo. Nuestro corazón es liberado del letargo para creer en el que lo pueden sumergir las realidades que vivimos en este mundo. Porque la vida en este mundo nos puede hacer olvidar promesas que él nos dio. Él les dijo a sus discípulos que tendría que sufrir y morir crucificado pero también les dijo que resucitaría al tercer día. Nuestra fe es fortalecida en lo que enseña toda la Palabra sobre Jesucristo y quedamos sólidamente fundamentados en él, de tal manera que lo que se torció en nuestro nuevo caminar se enderece, o volvamos a tomar el verdadero ru...

EL CAMINO PARA MI VIDA

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 Proverbios 3:5,6 Jesucristo es el Camino, la Verdad, y la Vida ( Juan 14:6 ). Cuando camino meditando, creyendo y obedeciendo su palabra estoy caminando en su voluntad, mi camino se transforma en camino de vida. Su palabra es su voz que me señala el camino ( Isaías 30:21 ) y aún me ayudará a no equivocarme, a enderezarlo ( Proverbios 6:23; 16:9 ). Su palabra es la luz que alumbra el camino para que vea por donde tengo que caminar ( Salmo 119:105 ). Más que confiar en mi propio entendimiento confiaré en su palabra ( Salmo 37:5 ). Confiaré en su voluntad que es perfecta para mi vida. Confiaré en el Señor que tiene el poder para abrirme camino aun donde no lo hay ( Isaías 43:19 ).

CONFIANDO EN SU SOBERANÍA

 Juan 16:33. Hechos 2:36 No tengamos dudas, Jesús es el Cristo y es el Señor. No hay otro Salvador y no hay otro Señor. Tenemos que seguir encontrando un poderoso consuelo y esperanza en la soberanía del Señor Jesucristo. Él venció a todos los poderes que gobiernan este mundo; vivió, murió, resucitó, y ascendió a los cielos donde está sentado en el trono celestial. ¿Quién calmó la tormenta en el Mar de Galilea? ¿Quién liberó de demonios a un ciudadano de Gadara? ¿Quién resucitó a Lázaro después de cuatro días muerto? ¿Quién sanó al ciego Bartimeo? Jesucristo es el Señor y Rey por derecho propio, por méritos, por victoria. Ha recibido todo el poder y suyos son el reino y el gobierno. Su Nombre es sobre todo nombre y todo está sujeto bajo sus pies. Él sigue haciendo su obra y nadie lo puede impedir. Es en comunión con él que recibimos la seguridad de que él está con nosotros todos los días, como prometió; y recibimos la seguridad que está al control. En esa comunión y confianza recib...

SANGRE Y ACEITE

 Marcos 14:14,15; Lucas 24:49; Hechos 2:1-4. No hay pentecostés sin pascua. No hay unción de aceite sin limpieza con sangre. No hay Espíritu Santo sin Jesucristo. Probablemente ese mismo aposento alto donde Jesucristo celebró la pascua con sus discípulos fue el que los discípulos usaron para orar pidiendo la promesa del Padre y donde recibieron la investidura de poder de lo alto, donde fueron bautizados con el Espíritu Santo. Ese aposento alto fue usado primero para enseñar sobre la total necesidad de que el Cordero de Dios derramara su sangre y diera su vida hasta la muerte para el perdón de los pecados de las personas. No hay perdón sin la sangre derramada del Cordero. No hay salvación sin que Jesucristo lleve nuestros pecados sobre su cuerpo a la cruz y allí muera llevando él nuestra culpa y condena. Ese mismo aposento alto sería también usado para que viniera el Espíritu Santo sobre los que ya habían recibido perdón de pecados, sobre los que ya habían sido limpiados por la sang...

LEVANTA TUS OJOS AL CIELO

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 Mateo 14: 19 Fue en ese momento que de esa manera se llamó al cielo, a Dios, y el milagro fue creado en el cielo para luego ser hecho en la tierra. Levantar los ojos al cielo es buscar con fe a Dios poniendo el asunto y situación en sus manos confiando que responderá poderosamente. Mirar al cielo, pero mirar para llamar a Dios, mirar con fe, es BÚSQUEDA, CONFIANZA, DEPENDENCIA. Y el que busca encuentra, al que llama se le abre. Levantar los ojos al cielo puede traer la apertura de los cielos sobre una determinada situación y que se mueva la mano de Dios haciendo una obra poderosa en la necesidad. Pero hay una parte que tenemos que hacer nosotros para que se complete el milagro. Es bendecir y luego poner manos a la tarea. Abramos nuestra boca como fuente de bendición, bendigamos aquello que ya tenemos y aquello que está en nuestras manos hacer. Y luego pongámonos a trabajar. Ese poco que tenemos o ese poco que podemos el Señor lo convertirá en mucho. ¿De dónde vendrá mi socorro? Al...