CRECE POR GRACIA
2ª Pedro 3: 18 “creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”
2ª Timoteo 2: 1 NTV “Timoteo, mi querido hijo, sé fuerte por medio de la gracia que Dios te da en Cristo Jesús.”. Vive conforme al poder de la gracia. Saca fuerza para tu vida de la gracia como hijo de Dios. Sigue adelante en tu vida como servidor de Jesucristo por el poder de la gracia. Este era el consejo del apóstol Pablo a Timoteo. Timoteo necesitaba la gracia de Dios.
La gracia viene por medio de Jesucristo, Juan 1: 17. Somos salvos por gracia y es por gracia que mantenemos la salvación y es por gracia que damos testimonio de él y le servimos. Todos nosotros necesitamos la gracia de Dios. La gracia de Dios es favor de Dios inmerecido; es regalo, es ayuda de Dios que nos da sin merecerlo. Por esto tenemos que esforzarnos por no desechar ni tomar en vano la gracia de Dios, 2ª Corintios 6: 1; Gálatas 2: 21.
Pero no solo sacamos provecho de la gracia, de toda la ayuda que Dios nos da, sino que también tenemos que esforzarnos por mantenernos y crecer en el camino de la gracia. También esto es necesario. Porque el Señor nuestro Salvador no nos llamó a una nueva vida estática sino a una nueva vida dinámica. Una nueva vida que crece, que se desarrolla, una nueva vida productiva, una nueva vida que se reproduce.
Crezco en la gracia cuando encomiendo mi vida a Dios para vivirla conforme a su palabra, porque entonces soy sobreedificado, Hechos 20: 32.
Crezco en la gracia cuando vivo en humildad, porque entonces soy levantado. 1ª Pedro 5: 5 “Dios da gracia a los humildes” Dios concede su favor, es decir ayuda con su bondad, a los humildes, Isaías 57: 15. Éstos son los que allanan, bajan, rebajan, lo que piensan y creen de sí mismos, ante Dios, no teniendo un alto concepto de sí mismos. Pero también no tienen un concepto de sí mismos más alto que el del prójimo, Filipenses 2: 3. También dice 1ª Pedro 5: 5 que Dios resiste a los soberbios.
Crezco en la gracia cuando confío mis debilidades al Señor porque entonces puedo superarlas conforme a su poder. “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” 2ª Corintios 12: 9.
Crezco en la gracia cuando pido perdón por mis pecados porque entonces seré ayudado para ser libre de mi concupiscencia.
Crezco en la gracia cuando reconozco que separado de Jesucristo nada puedo hacer y encomiendo mi camino y mis obras en sus manos, porque así obtendré cada vez nuevas fuerzas para servirle, 1ª Corintios 15: 10.
Hechos 4: 32, 33 “La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma … y abundante gracia era sobre todos ellos”. Cuando decido no tomar en vano la gracia del Señor sino todo lo contrario crecer en ella, entonces la voluntad del Señor es que su gracia abunde en todos nosotros. Será la obra del Señor teniendo lugar en nosotros y a través de nosotros de forma poderosa.