FE QUE SIRVE
Mateo 9: 28-30: “28 vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 30 Y los ojos de ellos fueron abiertos."
La fe de Dios, la fe salvadora, no puede venir de la propia persona, no puede ser innata a las personas, porque entonces unas personas por nacimiento creerían y otras no y Dios no hace diferencia entre personas.
La fe que nos justifica ante Dios y nos pone con Dios en la relación de hijos, viene de encontrarnos con Jesucristo, con su palabra; Hebreos 12: 2; Romanos 10: 17.
La fe nace en nosotros cuando nos llega el mensaje de Jesucristo, el mensaje que nos muestra su persona, su obra salvadora, sus obras maravillosas, sus enseñanzas. Ese mensaje rompe en nosotros todo lo que ciega nuestro entendimiento (2ª Corintios 4: 4-6) y así nosotros podemos decidir creer venciendo la incredulidad que está en nosotros por causa del pecado (Hebreos 3: 12, 13).
Esa fe verdadera nos hace entrar al reino de Dios y por esa fe alcanzamos bendiciones de sus riquezas celestiales, obras maravillosas, allí donde nosotros estamos necesitados y ya no podemos luchar más, o se nos agotaron los recursos.
Mantengamos nuestra relación con Jesús por medio de su Palabra para que se fortalezca nuestra fe.