REVELACIÓN
Efesios 1: 17
Es necesario que el Espíritu Santo se siga revelando a aquellos que hemos creído en el evangelio de nuestra salvación. Para que sigamos teniendo comunión con nuestro Padre y le sigamos conociendo. Es necesario que el Espíritu Santo siga hablando a nuestro ser interior para que ninguno deje de mantener su pensamiento en el Señor y no pierda la herencia que ha recibido (13, 14).
Cuando el Espíritu Santo habla a nuestro interior, nos conmueve, nos asombra y maravilla. Nos convence de nuestra necesidad de Dios y también de nuestras debilidades y pecados que nos separan de él.
Es por la fe y por el arrepentimiento (2ª Corintios 3: 16-18) que Dios se manifestará a nosotros (se revelará) y le podremos percibir y entonces le podremos entender y conocer verdaderamente y crecer en ese conocimiento.
Necesitamos que el Señor se revele a nuestras vidas para no solo creer su palabra sino para creerle a él, a su persona. Creer en Jesús el Cristo; su persona, su carácter y comportamiento, su obra, su palabra. Así nuestra vida cambiará entrando a la dimensión de la vida abundante y plena, y a la vida de reflejarle a él para que los que nos rodean puedan verlo.
Tenemos que buscar al Señor con este deseo profundo en nosotros, Salmo 63: 1, 2 a.