VIVIR LLENOS DE LUZ

 Lucas 11: 34-36

Como hijos de Dios, hijos de luz, estamos llamados a vivir llenos de luz, Efesios 5: 8 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”.

Pero podemos estar incorporando a nuestra vida tinieblas, es decir cosas que pertenecen al pecado y al mundo del enemigo, al mundo espiritual del mal. Con nuestro mirar y escuchar, y con nuestro pensar y luego hablar y hacer, podemos estar dando parte a las tinieblas en nuestra vida. De la misma manera que le permitimos entrar y le damos parte, también las tenemos que echar para que no tengan parte en nosotros.

Esto se hace por medio del arrepentimiento. Reconocemos la obra victoriosa, limpiadora y libertadora de Jesucristo. Pedimos ayuda al Espíritu Santo para identificar las áreas de tinieblas en nosotros. Confesamos nuestro pecado, aquello que hemos recibido y permitido que no corresponde a los hijos de luz. Pedimos perdón. Renunciamos a esa parte de tinieblas en nosotros, diciendo que no la queremos y que la echamos fuera de nosotros. Le pedimos ayuda al Espíritu Santo para cambiar.

Esta es la manera de vivir como bienaventurados (Lucas 11: 28). Y de poder tener nuestro corazón puesto en las cosas del Señor y servirle (Mateo 6: 20, 21; 24).

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