LA INCREDULIDAD FRENA LOS MILAGROS
Mateo 13:58 “Jesús no hizo en Nazaret muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”
La incredulidad frena los milagros.
No creer en quien es Jesucristo impide mucho de los milagros que él quiere hacer. La incredulidad es un freno a la poderosa obra de Dios, es decir no creer en quién es Él, no creer que Él todo lo puede, y no creer que Él quiere hacer el bien de forma maravillosa.
Jesús ya había enseñado en muchas ocasiones que él era el Hijo de Dios (Mateo 12:27,50) y el Hijo del Hombre (Mateo 12:8; 13:37,38), que él era el Mesías prometido, el Salvador (Mateo 11:2-6; 12:40).
Jesús ya había mostrado sanando enfermos, expulsando demonios, resucitando muertos, y obrando maravillosamente en la naturaleza, que era el Dios hecho hombre, que para Él nada era imposible (Mateo 9:22,25,33; 8:26).
Jesús mostró que quería ayudar a los necesitados, mostrando compasión por ellos, y anunciándoles el evangelio que es la provisión a la mayor de las necesidades (Mateo 9:35,36).
Realmente lo que esperaba Jesús era fe para poder hacer milagros (Mateo 9:28,29). A sus discípulos, después de estar ya un tiempo con él les recriminó que no tuvieran fe; porque la fe viene de mirarlo a Él hacer y escuchar de Él sus enseñanzas (Mateo 8:25,26).
Si mantenemos viva nuestra relación con Jesucristo, nuestra fe se fortalecerá y podremos esperar recibir su poderosa ayuda en nuestra necesidad.