LEVANTA TUS OJOS AL CIELO

 Mateo 14: 19


Fue en ese momento que de esa manera se llamó al cielo, a Dios, y el milagro fue creado en el cielo para luego ser hecho en la tierra.

Levantar los ojos al cielo es buscar con fe a Dios poniendo el asunto y situación en sus manos confiando que responderá poderosamente. Mirar al cielo, pero mirar para llamar a Dios, mirar con fe, es BÚSQUEDA, CONFIANZA, DEPENDENCIA. Y el que busca encuentra, al que llama se le abre.

Levantar los ojos al cielo puede traer la apertura de los cielos sobre una determinada situación y que se mueva la mano de Dios haciendo una obra poderosa en la necesidad.

Pero hay una parte que tenemos que hacer nosotros para que se complete el milagro. Es bendecir y luego poner manos a la tarea. Abramos nuestra boca como fuente de bendición, bendigamos aquello que ya tenemos y aquello que está en nuestras manos hacer. Y luego pongámonos a trabajar. Ese poco que tenemos o ese poco que podemos el Señor lo convertirá en mucho.

¿De dónde vendrá mi socorro? Alzaré mis ojos a las alturas porque mi socorro viene de Dios el Todopoderoso, Salmo 121:1,2.

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