SOMOS TESTIGOS

 Lucas 24:46-49

Los que somos salvos por Cristo somos sus testigos, testigos de Jesucristo, testigos de la salvación. Hemos recibido la salvación en Cristo y tenemos la misión de compartir el mensaje de salvación a aquellos que no lo han recibido. Conocemos y seguimos conociendo a Jesucristo y tenemos que darle a conocer a todos los que nos rodean.

Podemos serle testigos pues cada uno de nosotros tenemos la experiencia personal de cómo hemos sido rescatados de nuestra vieja manera de vivir y hemos sido hechos nuevas personas. Podemos serle testigos pues cada uno de nosotros tenemos experiencias reales de haber recibido su poderosa ayuda en nuestras distintas necesidades en esta vida.

Jesucristo dio su vida para salvar a todos. Son todas las personas en todas las partes de este mundo las que tienen que recibir este mensaje de salvación; en toda nación, de toda las razas y lenguas. No hagamos acepción de personas, llevemos el mensaje a todos, pues Dios que es Juez Justo es quien conoce a todos y quien juzga.

Este mensaje que salva es el mensaje de arrepentimiento y fe para perdón de pecados. Sin fe en el Hijo de Dios y Salvador y sin recibir perdón por nuestros pecados no hay salvación. No hay otro Salvador, no hay otra salvación, y no hay otro mensaje. Jesucristo padeció y murió en la cruz derramando toda su sangre, llevando así sobre sí mismo nuestros pecados y llevando así nuestra culpa y condena a la muerte y condenación eternas. Éste es el mensaje.

Y para serle testigos eficaces, no nos ha dejado solos. El Espíritu Santo nos inviste de poder de lo alto, poder de Dios. El esfuerzo de llevar el evangelio lo haremos nosotros pero será Dios quien salve. Porque la obra de salvación es una obra espiritual y debe de hacerse con recursos espirituales. Seamos obedientes a la instrucción de nuestro Salvador y vayamos a la misión habiendo sido investidos con el poder de lo alto, habiendo sido bautizados con el Espíritu Santo (Hechos 1:5,8).

Entradas populares de este blog

EL ÚNICO QUE SACIA DE VERDAD

UN DESCANSO REVITALIZADOR

CRECE POR GRACIA